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-162- pie larva mental puede deja r enferma toda la fortaleza del cerebro. Acordémonos del amor de Francisc-o a la ver– dad de ·la cátedra romana : Vir cathol icus e t te – tus apostoli cus ; de aquel varón de efusiones cor– diales y de asombrosas verdades que como can– tó Guido de Averzo salvó al mundo porque: Cieco era il mundo tu fallo visare : lebroso tu pailo monda to morto, l'hai suscitato. Ciego era el mundo cuando pasaste por él, y ·le diste vista. Leproso era y tú le 1 impiaste ; estaba muerto y tú lo resucitaste. La función de enseñar reza con nosotros ; enseñar y hacer luz en las conciencias y en el mundo. No debemos contentamos con realiza,r nuestros ministerios en cua.lquier manera; ten– gamos luz para iluminar. Hijos de aquel gen io del amor y de la ver– dad imitémosle, y en todo momento difundamos la duke da·ridad aunque a veces nos cause ene– mistades (1) Si no aspi·ramos a ser mártires de la verdad por lo menos seamos confesores que pa·ra el·la no nos fa•ltarán ocasiones aún dentro de la familia a que pertenecemos. Df.l igite verita– tem . .. . et veritas liberabit vos. (1) Ego inimicus faictus ~um vobis ver·um dlscens . (GaJ. w -un.

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