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-158- razones pat·rísticas e históricas en abono de la verdad religiosa se hace imposible dudar de el.la. La incredulidad comienza por el corazón. Cada paso que se dá hacia la inmoralidad es un avance en la duda religiosa. Pero, de esto ex– cusamos hablar. Sin embargo, no podemos des– conocer que también en la vida religiosa puede incubarse el ·error como efecto de ambiciones, de orgullo. o de pasiones mal domadas. La pu– reza descansa confiadamente en la verdad reli– giosa. La pasión busca una excusa en el error vol1eriano. La vida que hemos abrazado no, aleja per– petuamente del error porque profesamos la pu– r·eza del corazón; pero, en estos tiempos luctuo– sos es necesario vivir alerta porque el error co– mo la serpiente puede hacer irrupción en el :Pa– raíso de la Religión y enredarse en el árbol de la ciencia y de la lit·eratura. Si se presentara francamente desde un principio, declarando su condición, jamás daríamos cobijo al más mínimo error; pero, la serpiente sabe busca·r oportunida– des, vestir formas, expresar ideas, que poco a poco van ·internándose en el espíritu como man– cha de aceite que penetra por poros muy ins tg– n ifi.cantes. Siempre fué prudente evitar los tro– piezos con el error. De lejos nos asusta. porque lo sabemos ~e.pulsivo; ·en diálogo con él, puede llegar a fascinar nuestra imaginación y poner en peligro nuestro amor a la verdad 'l'eligiosa .. Ocurre con frecuencia que un buen ·esposo tie– ne una esposa hermosa y amada sin que se le ocurra ofenderla. tPero, una mala tarde que se vió débil, tropezó con una ramera grácil y se– ductora que le extendió sus brazos de impudor. Ante :la seducción aquella, el buen esposo vaci– la, trata de reaccionar; pero, la ramera vuelve a la carga amorosa, y pierde al hombre que pare-

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