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·Exordio Qui auretn su:perb!.erilt nolens ohc· din~ mor.:etur horno · il1e (Deut l 7-J 2) . Virtud específica de la vida relig iosa. Im– porta más que las otras virtudes, porque pare– ce a ue ·las abraza a todas. Antiguamente no se hací:~ otro voto que el de vivi·r en obedien .. cia; sin propio y en castidad se .unieron más ta rde a la fórmula de p rofesión. La voluntad de Dios es la obediencia prestada en su nom– bre. Realmente la obedienc ia es "suma de reli – gión". El que más perfectamente la observa , más p erfecto es. El ejemplo del divino Maestro y el del Se– ráfico .P~ke son espej os en que nos hemos de mirar. Factus obediens usque ad mortem. .Pa– rece que venimos ·resueltos a vivir en esta for– ma; pero sucede que andando los años, ·en vez de haber aprovechado en la obediencia nos acostumbramos a la desobedi·encia. Aquel·la li – bertad ·que dejamos voluntariamente .por Cris– to y con que prometimos vivir sin propio ... particularmente sin este propiG• personal que es nuestra voluntad, crece absurdamente tam– bién en derechos. . . Veamos la intporh¡¡d a de la obediencia.

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