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LA CARI'DAD Exordio. Es ·la tercera de las virtudes teologales; la última en ·la enunciación, pero la primera en su mérito. Fides. spes cherit2s, mavor eorum chari – tas. El .religioso no solamente es hombre de fé, pues, sólo por el la y con ·e'l·la se aproxima al con– vento. No solamente es hombre de esperanza, puesto que sin el·la dejaría de existir su fi·rmeza perseve·rante; es sobre todo el hombre de la caridad, porque la caridad es !a señal de los dis– cípulos de Cristo, sobre toda en la familia f.ran– ciscana. San Pablo es el gran panegi·rista de la caridad: Aunque tuviera el don de :lenguas y supiera profetizar y ent•regara mi cuerpo a ,fas llamas por Cristo y ·repartiera toda m i hac1enda a ios pobres, si no tuviere caridad, nada soy y "adame aprovecha : nihi·f sum, mihil -mihi pro– :iest. Es mucho nonderar ; .pero. !hay que entender ::iue en ·la vida del alma ·fa caridad es ·la reina de las virtudes y sin ella somos como reyes sin co– rcna v cerno •moneda sin acuñación. La caridad es el sello de Jesucristo "in lhoc cogonscent omnes ouia dis·cipuli mei estis. El que no ama, muerto está, porque está sin aquel que es la vida : lesuc risto Ego sum vita. Meditemos atenta– mente en esto. Discurso: El -religioso tiene que v·ivir de esta vida y

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