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Exordio. Vos ergo oonforoo.mini. . . erlt enim merces operi vestro. <2 Parab. 15-7). La vida religiosa sin la virtud el€ la espe– ranza oristiana se reduciría a cero. Entre 'las vi-r– tudes más confortadoras y más prácticas debe colocarse 1la esperanza, que no es ni puede ser otra cosa que una constante aspiración a volar al cielo donde está ·nuest·ro premio y nuestra corona. "Futura beatitudin 's certa expectatio... Es una virtud t·eologal que hace un trío divino con la fé y ·la ca.ridad. Está en e•l medio de las otras dos como corazón de •ellas, porque ni la fé, ni l'a caridad tendrían razón de ser sin la esperanza en ·las promesas de la fé y en :los ·re- 3ultados de la caridad. Creemos muchas veces que la esperanza es una virtud para mantener a los cristianos en el deber moral; pero, no es menos necesaria a !os •reHgiosos para su perseverancia fina.J. Va– mos a discurrir sobre ella, poniendo e.l pensa– miento en este texto davídico: in te domine speravi non confundar ·im aetemum". Discurso: Hay una diferencia •radical ·entre .la espe– ranza humana y la divina , como hay diferen– cia ·radical ent·re •la fidel idad humana y la divina. Muchas veces sufrimos un terrible desengaño

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