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-138- d11d verdadera: "specuium sin~ macula" (Cap. Vil). La fé como una brillante estre.lla nimba de cl aridades todo e! escenario de ¡a vida, y todo e'' A·fán del re!igiosc es con·forma-¡se al cr~ó'o . .. Cuanto más fi·rmes se hace esta fé va alumbr.m– c!c-se me jor y se corre de c·laridad en claridad. Pero el espíritu de fé que nos libré' de la in-c·redulidad •;XJT !11 abncqa~ión de la razón, vi– ve de ·la esperanza eterna ; v de ahí que .la vida reh:(osn sue!e hacerse cada vez más gustosa porque nunca se ale ja de nuestro horizonte el premio .. . Fides est substantia sperandarum re– rum. . . Entc·nces n:.·s •sentimos a:!.entad::>s. t-ranquilos en •!as d if!cu!tades de ·la vida y deci– mos: todo ·esto es s i-embra de eternidad ... Dios oor quien hago .J¡¡s cesas vé mi corazón y El sabrá :paga-rme bien ... Sue!·e sinonimarse con razón el esoíritu de fé con la recta intención. . . Conviene pues. que la brújula del pens~m '€nto y del corazA., hallen su norte en motivos et·ernos. . . La fé siempre es un poder y cuanto más robusta más poderosa nos resulta. Pero para vivir en religión también hace falta la fé e n el prójim::>. La convivencia mutua ·recla– ma confianza mutua. Claro es que nunca se– rá posible una fé absol·uta en el hombre; pero, cada uno ha de procurar da.r una sensación de nobleza y de sinceridad a fin, de ·evitar la in– credulidad mutua. Cosa terrible sería vivir jun– tos sin creernos mutuamente. De donde nace la necesidad inprescindible de la mutu·a since– ridad. Muchas veces, a pesar de todo, nos equi– vocaremos ... No es lo mismo equivocarse que engañar. . . La falsedad sería un c-ri·men, por-

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