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-12- una calumnia por ejemplo; ,pero una calumnia puede ser un instrumento que encuentra Dios en la perfidia de una criatura para lograr sus fines. A lo mejor un compañero que anda, al pa– rece·r muy adelantado ·en ·lo espi·ritual, ~omo quien vuela en un triplano de las virtudes teo– logales y que siempre pa·rece esta·r en teléfono con Dios nos na puesto en un trance duro ; ya todo lo achacamos a hipocresía o fals ía moral .. . Ese juicio depende de nuestra incomprensión e inmortificación. Acaso ese compañero fué un instrumento e•l·eg.ido por Dios para su obra co– mo escoge el artista una gubia . . . Cierto que muchas honra·s se pisotean a la sombra de la virtud ; es c ierto que la detracción que va en– vuelta entre la·s ruedas de la vi.rtud mata más pronto. . . pero eso no quita que hayamos de ver ahí mismo la vdJuntao' de Dios que busca nuestra perfe cción . . . Es como el caso de los márti res lanzados al circo de las fieras . .. Quiere Dios hacernos santos. . . Quiere que expiemos a tiempo nuestros pecados; quiere que la infa– mia de hoy lave y borre y puri·fique la infamia de aye.r . . . Aquí también puede aplicarse en al– gún s·entido el atende tempera et concordabis jura. Haec est voluntas Dei sanctificaatio vestra. (1) No confundamos las cosas: Las tri– bulaciones y los hombres, por quienes se nos vienen son para Dios, como la pluma con que el sabio escribe una obra o como el cincel con que el artista .labra un bloque. Se vale a veces de la misma iniquidad o perfidia de un sujeto para realizar un monumento magistral de es– piritualidad ... Las catástrofes, las misma gue- m Tesai 5.

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