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- l35 .....- ' .. ~ O)ri!iÍMs ~.s.t" tP#!!IIP ll . 1 r a~~n,t~ ~~ lA~ !i~n· das de la virtud hasta lo~rar-la ~ll !etpn.ta con EL ibunt de vlrtute in vlrtute. Y como Jesucris– to tiP.!lde nifi,., oroficiebllt s"oientia et aetate et ¡!·rlltia aoud Deum et homines (Luc. 2), asi el rel i~ioso utiliz:~ndo •los métodos dichos que for– miln el eiercicio de toda su vida debe k progre– sando intem" v extern:~mPnte. ·Es decir: en la vida del espíritu y en 'la observancia de las •re– glas ... La verdadera oerfección, empero consiste en no presumir nunca de poseerla. . . La per– f·ección relit?iosa es un" t?enerosidad heroica. una grande y constante aplicación ·en imitar a Cris– to. ¿Qué ha·céis? rliio S?n M"rciano Anacoreta a un cazador . . . Estoy cazando ciervos y ·fiebres como véis y los persigo hasta apoderarme de ellos. Y yo. orosil!uió el sctnto. me dedico a per– seguir a Dios y no pararé en esta d ivina caza hast" nue le h aya co~ido y le reten¡¡a para siem– bre "Deum rneum hic venor nec ab hac oulchra venatione cess!'lbo" . . . Esto es ser perfecto. La perfección re·ligiosa t iene mucho de eso: Es una asoiración constante a conqu istar las virtudes y el cielo por medio del seguimien– to de Cristo. Dichoso dic·e San Jerónimo, el que santifi– ca cada día progresando y ·no considera el bien que ayer hizo sino el que tiene que hacer. Por eso dice el sabio : justorum semita quasi ·lux -;plendens procedit et -crescit usque al perfec– tum diem (Prov IV-18) .. Tu'!c optimus est homo r •¡m tota vita sua pergit in incommutabi·lem vitam. (1. Agu~t.l.

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