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-133- supone algo más que una práctica -rudimenta– ria. El don de sabiduría es principalmente 'lfec– t ivo. No hace falta intelectualidad para gozar– lo. Lo principa·l es la voluntad de agradar a Dios de iándon-:Js en sus manos con fervor y con amor. * :j: :¡: No que pretendamos que todo ·lo haga Dios incurriendo en su sentimentalismo absurdo. La sabiduría divina aunque princ ipa-lmente afee– tÍ~;<<!, es necesario también que cono:z:c3. . . 1\Ju– llus amans aliquid quantumcumque, circa illud afficiatur, sapiens dicitur ex h<">c, nisi illud ccg– noscat, di-ce San Buenaventura ... Actus doni sapient-iae partim est ·cogn iti– vus ·et partim affectivus; ita quod in cognitio– ne inchoatur et iri affectione consummatur (San Buenaventura) secundum quod in -ipsa gustus ve! saporatio est experimentalis boni, et dulcis cog':litio (San Bu-enaventura) . Sin embargo, el acto propio y propísi-mo de este don es afec– tivo . .. y es necesario actuar el deseo y la vo– luntad para gusta·r el bien que 'luego nos comu– nica Dios. (1) · De esta práctica meditativa y contemplati– va hablan largamente los autores como medio eficaz de crecimiento espiritual : in meditatione mea exardescet ignis. El mejor método, después de los principios de la vida purgat-iva es deja-rse empapar del sentimiento, dando más tiempo e importancia al afecto. No debe sentirse el a!lma obligada a per- --- (1) "Religiosa anima per amorls ascenslonem ad fontem omnium deslderando ascendat" iL., c. Exercendo, se pexvlam ¡purga,tlvam et Ulwnlnati– vam et Ulumlna.tlvam a.rúma exper!ment-a.Jiter .perclplt solo IDeo lnreri'US dirigente et docente.

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