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-124- tales, procuremos amar ·la observancia de !as Co:1stituc iones .. . s~n Buenaventura a ! !1~'ncioio de sus Cons– tittH-: iones de Na rbona n<-:·ne el texto sag·rado: "Ubi non est s.o;eoes diori'1if!tur -oossessio. Nues– tro es~fritu está· ilfl'!o <i~>sv;¡necido. No vemos ahora ·aq ue lla fortaiP.za vigi ros3 de otros t iem– pos. Un dí; exclamaba Aqu i!nno: ;Oh, Hércules el valor de •los hombres se hu desvanecido.etc. Ya que •en estos (¡ftimos t iemnos son tan ap"e– mian tes ·l2s exhort3ciones de Roma sobre la dis– ciplina regular, rc:pasemos nuestros códigos le– gislativos \' hagamos honor a'l hábito y a la mi– licia fr2nciscana. . . No demos luga r a que s~ nos aplíque aquella fiera sentencia de Cicerón : plurimae .leges respubl ica corrupta . .. La repú– blica degenerada y corrompida necesita muchas f·eyes. o mejor: la mu ltip! iddad de •leyes obede– ce a la rela jación de la república. Estudiemos nuestro acerbo de obligaciones y ten iendo en cuenta quP. la vida es breve y gran– de y dilatada la recompensa del bien practicado; esforcemsnos con mejor obse·rvancia y más cum– p·lida vida franciscana ... "Dabo legem meam; in visceribus eorum scriban ·eam (j·er. 31). Ee– tas las palabras del profeta jeremías, deben ·refle– jar nuestra conducta. . . Las leyes franoiscanas tienen un origen del cielo . . . Grabémoslas en el corazón y seamos para Dios una familia agra– decida.