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-:- 78 ..:.. Eso es subir en busca de la libertad que ·se llama política. La ascensión marea ; no se percibe .más.que ' · de altura .. . La corona y la.cabeza de la estatua están defendidas por siete púas ... En cambio, la cruz de ·Cristo que es la verdadera libertad está en un monte y la cabe7!a de Cristo está· coronada de espinas. La libertad revolucionaria ma- · ta; Jesucristo Muere ... y de aquella muerte Cle amor . por el hombre brota la regeneración, la iuz, ,· la civilización, la gloria. • . La Cruz alzada a la al– tura del amor, y ese amor es infinito. En torno a la libertad que mata se verán siem– pre soldados con uniforme kaki; en torno de la. li– bertad del amor que ·redime muriendo, se verán los mártires cuoiertos de . pú:i-pura de sangre. Nadie fué más libre, ni practicó mejor la libertad que los mártires. . . Se les ofreció un imperio para renegar de Cristo y ellos, amantes, morían por confesar a Je– sús . . . "Morituri te salutan" desde el Circo donde las fieras destrozarían sus corazones cristianos, . en– viaban a las autoridades y al pueblo el saludo de des- pedida... · El amor que libra dió a los innumerables mártires el valor de la confesión y el triunfo en· el cielo. No los cautivó e( dolor, ni los hizo apostatar el tormento. "Volentes vitam hanc damus pro Christo" libertate qua Cristus líberavit nos. . . Y ya en el cielo se aca– baron las penas, y las lágrimas se enjugaron y el merecimiento tejió ia corona de goces y la posesión del bien será para siempre, y ·el triunfo y la victo– ria tendrá la celebración per¡iétua universal. Han lle– gado a la libertad eterna. S. Agustín se acordaba de