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-71- El odio .del infierno era ven~ido por el amor di vi-. no. De una mujer lanzó siete demonios que entra– ron por siete pecados capitales; Jesús la amó a · fin de salvarla, y la; mujer fué .libre de los ministros del mal. · El amor redentor cori:ió desde el calvario al co– razón ·de los santos, y todos fueron <;ºmo Cristo, re– dentores de almas, sobre todo los Apóstoles, cuyo . poder. de lanzar demonios era atributo del amor sal– vador. Ese amor cristalizó aún materialmente en las fa– langes hert>icas de la Orden de San lledro Nolasco y .sus _hijos, que por s•alvar cautivos. se quedaban en cautividad. En San Vicente de Paul, que se di en prenda y seguridad de un cristiano en poder de los sa-rracenos, a fin de que el cautivo fuese a con– solar a su mujer y atender a sus hijos, y en cien más. La redención de cautivos ..y la anulación de la es– clavitud fué obra del amor que prendió en el cora– zón de la Iglesia, y que ol11-ó maravillas a travéa de los siglos. La Iglesia se distingue y señala entre todas las otras religiones derramadas por el mundo, . . por su amor y por su obra de civilización. La civi- · lización moderna presidida por la libertad cristia– na es el monumento más grande de la Iglesia después de la conversión del mundo.· Las naciones salvajes van saliendo poco a poco a lu luz de la civilización, según va avanzando dentro de ellas ·el amor del apostolado; porque la predi– cación evangélica que lleva el fermento de Cristo, amando ilustra, y no habría apóstoles evangeliza-

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