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-69. los reyes y destronó a los poderosos de todas las armas, autócratas como el ex-Kaiser; soberanos como el Zar de Rusia; reyes como don Carlos de Portu– gal, han tenido que sucumbir ante el "odio armado de libertad". - Contra ese poder de destrucción hay otro poder de afirmación: EL AMOR. Cuando la belleza de la libertad se conjura con el odio, nace el monstruo moderno: el comunismo, la anarquía. Pero como las cosas de los hombres son engañosas, la "libertad", tiene que abdicar de su abolengo pará .marcharse con el odio y hacerse ra– mera. La libertad del odio es "liberticida". La muerte de la libertad está precisamente en que ven– za sirviéndose del odio. La esclavitud llega entonces a paso galopante. Los pueblos que han vencido en la n ;volución siguen viviendo malditos por el destino histórico; en ellos no hay libertad; ésta pereció a manos de libertarios. El odio mata siempre; prime– ro mata la autoridad y luego asesina la libertad con que se desposó y alió para vencer. La libertad anda ausente de tierras revoluciona– ría s . . . fué sepultada bajo los escombros humean– tes que fabricó el odio. Los pueblos que perdieron el bien inefable de la libertad por un error.de táctica, no podrán recobrar jamás sus tesoros, mientras al odio no reemplace el :tmor. "El amor hace libres", el amor que libra es el de Dios y el de los hijos de Dios; porque el amor es ley de justicia distributiva y es verdad de las con-

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