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- 68- cha encierra un foco ·de mil voltios; trece lámparas de 500 voltios cada uno. P:ero ni con eso, ni con lo~ reflectores que desde abajo la iluminán durante la noche es bastante para desterrar, ni aún las tinie- · . bias del puerto de Nueva York. La libertad sostiene bajo el brazo izquierdo, un enorme libro de leyes. La isla de Bedloc en que está enclavada la estatua militarmente se le llama Fort Wood. ¡Qué contraste! Hace unos años este lugar de la famosa "E&tatua de la libertad", era un fortín y, estaba rodeado de cañones y morteros. En 1841 go– zaba fama de ser el fuerte más inexpugnable del mundo. Este punto que parecía imposible de tomar¡ fué tomado por la libertad. . . contra la fuerza ma– terial de los cañones venció el sentimiento de la li– bertad, y los franceses regalaron a Norte América aquella estatua para glorificar con ella el pensamien– to de la revolución que fué el odio ... De suerte que la libertad y el odio.se fundieron en un solo sentimiento contra la fuerza, y la fuerza fué desplazada por la magnífica estatua; El fortín des– apareció y la estatua con su antorcha quiere ser faro del mundo. Es una lección sublime. . . La realidad ha supe– rado la · enseñanza. La libertad aliada con el odio. Una fuerza moral contra una fuerza física. La ley general que ha dominado la historia du– rante muchas decenas de años, y aún antes, en cen– turias seguidas, era esta: La libertad en poder del Odio acaba con los cañones. Las revoluciones mo– dernas nacieron de esa conjunción, de ese marida– je; la libertad se casó con el odio ... Eso derribó a

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