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-48- A veces el corazón carece de cráter eruptivo. Las combinaciones químicas del centro terráqueo, las evaporaciones geológicas del seno del globo necesi– tan una exteriorización, una salida, y diríase que hts grandes erupciones del Etna no tienen otro obje– to que dejar descansado el seno fatigado de la ma– dre tierra. El corazón no es otra cosa que una acumulación de gases. afectivo:¡; que se combinan entre dicha y desgracia. La lucha secreta en el interior del alma, no puede causar otra cosa que estallido violento, do– lorosa catástrofe, y entonces, viene el "llanto" el "dulc~ llanto del desahogo", del descanso cordial. . . ¡ Quán'tas humanas situaciones imponen esta ne– cesidad de llorar! "El amor que .llora'' quiere prediCamos una filo– sofía más honda todavía; porque el "amor" que sien– te fuertemente y se llena de emociones aborda los ojos y POr ellos descarga el peso delicioso del inte– rior. El gozo es un sentimiento como el dolor, y nece– sita muchas veces "cantar ·COn lágrimas". El nuevo rocío que se cuaja en el cristal diáfano de las pupi– las preñadas de emoción es un poema. . . es un can– to .de amor. Hay más espinas que flores en la vida. Hay más lágrimas que goces . . . Pero las espinas guardan las flores, .y los dolores y lágrimas defienden el co– razón del peligro de los placeres. El relámpago de las pasiones nos deslumbra, pero a su luz podemos mirar el abismo que nos aguardaba ·en el precipi- . cio ... .Un dolor profundo puede ser un salvador del hombre atolÓndrado o enceguecido POr . el placer.
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