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33- amor. El amor elevado a su caldeamiento abraza– dor. . . El tejido mental de las pobres es tan débil como el tejido fatal de la araña; pero basta y sobra para perderse . . . Sin pretenderlo han consagrado su vida a un "amor ausente". Lo que .han experi– mentado fué .una pasión "presente". La mentira del amor fué una verdadera y loca pasión. . . una cou– vulsión nerviosa, un síncope pecaminoso . . . una pe– drada arrojada eobre un cristal. · To.das las flores tienen cantor, hasta las flores del mal. Pero a estas horas en que ya no creemos ni en los silogismos lógicos, creer en la .palabra fementida de un amoral es· un colmo de candidez. El "valor social" de los hombres se conoce. en es– tas ocasiones. Su "valor moral" no se conoce nunca. . La hermosura moral del amor jamás se vende ni se compra con dinero. Sin embargo hoy se ha meta– lizado el amor del hombre. Sólo ama cuando. tiene delante un producto. Han puesto precio al cariño del hogar; pero ese precio es un desprecio del valor real del cariño. Nun– ca van a confesar ellos la venalidad de sus palabras; pero los hechos son el mejor intérprete de sus aspi– raciones. No hay valorización moraL Todo se reduce a una ecuación monetaria. Los amores no tienen va– lor en el mercado del hombre a no ser como pasa– tiempo, sin entregarse en prenda. . . Unicamente podrían arriesgarse a una suerte tan penosa cuando hubiere garantía bastante de poder vivir "a costa de la compañera". No obstante, en sus pláticas al res- 3

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