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El amor no miente El amor está casado con la· verdad. Sus nupcias eternales son indisolubles. Es en vano conspirar con– tra eso. No hay ley de divorcio que alcance a esa tesis. . . La mentira mata el amor; es la ramera odiosa de todas las situaciones falsas del corazón. Nunca se le ocurre mentir al amor; se equivoca a veces, pero nunca miente. ¿Para qué había de men– tir si es .tan bello el amor? Si nada es tan incompa– rable como el rostro poético y gracioso, sereno y gra– ve del amor? Precisamente el peligro del amor está en el difraz. Si se muda de traje, o se cubre la cara, o se enfunda en una mentira, no se le puede reco– nocer; no se le puede querer . . . -El amor es llano como el manso correr del regato y como la oasta transparencia del agua. Necesita darse a conocer como es, no según "no es". La mentira es un engaño de la malicia humana; . nunca fué pudorosa, siempre fué intrigante, hura– ña, fea y de mala catadura. Pero a veces, como el demonio su generador, se viste de ángel "de amor", siendo el demonio tentador. No es fácil conocer "la mentira del amor", por-