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-26 prueba que son falsos. . . . Ese es amor vacío de contenido, de definición y de mérito; sólo está lleno de engaños; es como una: mentira roja. Sólo ·a las almas de mucha vaciedad interior corroídas de un sentido material de la vida puede enternecer ese "amor de novela". Es aquel amor del que un poeta juicioso aconsejaba a las niñas: No confíes, niña hermosa en amor de militar pues al son del tambor llega, y al son del tambor se va. Las palabras con que se expresa son flores de feria. Es amor que engendra gusanos; que contagia de cáncer el alma; amor tísico que vive, sin poder vivir respirando penosamente el aire que necesita para no asfixiarse. El amor real y verdadero se guarda y reserva co. mo oro, como esconde un tesoro el avaro. Los besos de "aquel" amor son mordiscos que se gangrenan; en cambio los del amor verdadero aro– man la vida y como el vino rancio y generoso forta- lecen la existencia. · Dios nos dió el socorro del amor para conllevar debidamente la vida. No habría penas y agonías trágicas si nuestro amor fuese calificado; mas el amor ·auténtico, compañero del corazón, aroma de la vida, "lleva en su escudo un sol divino". Dudo que este amor calentase el corazón de Rosminda o Griselida de Inés o de Elvira; pero sé con toda seguridad qu!l