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161 - Para los enamorados, existe una manera de decir y mirar, que se asemeja mucho al "buscar". Su amor sin embargo, que según cantó un vate, debe ser una respiración celestial del aire del Paraíso, no resiste tina larga espera y se acerca demasiado al árbol del Paraíso ... De allí.nos vino el genio de la muerte. No se sabe a quien de los dos atribuir el origen de este mal; pero es cierto, que si la mujer tiene toda la flexibilidad del agua, toma generalmente la for– ma del conteniente del corazón que ama; y de ahí que la mujer más pura, se impurifica ante un amor que no es capaz de dar vida más que al pecado. Hay mujeres, que son arcillas frágiles de suyo; junto al agua pueden ser lodo. Muchas veces, se nos ocurre este pensamiento al aproximar la mirada, siquiera imaginariamente, a las modernas playas donde la vitalidad frágil ha perdido el control de lo racional y de lo religioso. Deben ser mandamientos nuevos, 'los que en dichas playas gobiernan el corazón de las niñas; y sin em– bargo, se llaman católicas. Lo definitivo de estas modernas costumbres, es que el amor camina desde un principio en un tren de concupiscencias; se le ve a la larga con más horribles contornos que de presente. Eso definitivo queda en el ambiente y se va respirando durante la vida. Es la relajación hecha necesidad presunta, es la muerte de muchas cosas muy bellas, y es la aparición de "cadá– veres de conciencia" flotando en las aguas flexibles y ondulantes, 'pero llenas de cieno. 11 ·- ..

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