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-159- Sentencias como éstas, con que esmalta el doctor Marañón, su obra "Amor, conveniencia y Eugenesia", acusan un error fundamental y suicida que se prac– tica por muchos "civilizados", del amor libre. Débese la provocación de dicho error, además dé, a un ambiente de laxitud en qué vive hoy la juven– tud, a una sugestión realmente morbosa, que es im– posible atajar con predicados científicos raciona– les, fuera de a otras sugestiones del elemento bajo, de fondos obscuros, que utilizan pensadores adocena– dos, para dar publicidad lucrativa y carácter de nego– cio a su pluma. La sugestión de las lecturas envenenadas, afectan poderosamente los fondos morales, inmoralizándolos; porque las corrientes motrices voluntarias, brotan en la zona motriz del cerebro, puesto que la corteza ce– rebral es, según el sentir del histólogo Caja], punto el más culminante del arco éxito-motor. Es difícil salvar de la incontinencia que mata de– gradando a esta generación que se abreva en las fuen– tes siempre atrayentes de una literatura erótica y mal– thusiana. De ambos sexos es el mal; porque si el hombre, fuera de razón, es vibración sexual, la mujer es "de– bilidad cordial". El amor en el hombre, por lo general, es episódico; la muj er, es siempre, en toda su vida un sér que ama. Pero muchas veces, cuando la mujer, da el corazón, el hombre toma el cuerpo. Mas, hay que considerar, que el hombre es quien mendiga y la mu– jer quien se vende. El amor que mata desgarra al mismo tiempo dos vidas, cuando ese vino generoso, que brota en el cora-