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,.-- 147- en vez de extirpar las "causas reales" que motivan tal medida, vendría a multiplicar los matrimonios desgraciados. El matrimonio es una institución de fi – nalidades sociales; mira a ·¡a formación de la familia, sobre cuyo normal desenvolvimiento descansa la sa– lud de un pueblo. El divorcio es una satisfacción que se da a los vi– cios del hombre contra las finalidades del mismo ma– trimonio. El divorcio es otro crimen social ... En vez de. buscar una salida al "cabo de las bo– rrascas", hay que procurar educar la moral del hom– bre y de la mujer. Lo que se pediría en todo caso e:; una precaución más seria para celebrar matrimonios ; pero nunca una medida jurídica que barrena a fondo la institución fundamental de la familia. Si sabiendo que el matrimnoio es indisoluble como debe ser el amor ·auténtico en el caso; si sabiend·.> que es vínculo de por vida, que sólo la muerte puede romper, se contraen nupcias con irreflexión, con pre– cipitación, con falta de comprensión de la magnitud del acto ¿qué será cuando los viciosos, Jos calculistas, vean abiertas las puertas de escape con el divbr. cio? Sólo como una paradoja puede decirse que el divor– cio "estabiliza" la instituCión matrimonial, por lo mismo que "inestabiliza la obligación" de conviven– cia de los cónyuges. . . Si siempre es un mal moral . y social el divorcio, lo es sobrj:!manera en países "im– pulsivos" para las actividades fáciles, y tardos para las que demandan sacrificios; para los pueblos natu .. ralmente irreflexivos, por ser corta todavía su expl!– riencia histórica social; para las naciones fáciles de

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