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-143- Cada uno sabe de qué puede ser capaz "el otro" en el tren que llevan ... El problema de la estabilización del atnor conyu. gal, depende de la hombría moral, de la concie11fia del deber. No siempre es necesario vivir bajo los fo– gonazos del corazón. La placidez que se recobra con el tiempo, perdido el ímpetu de la sangre, resulta más consoladora, tiene ambiente más tierno y cálido ... Lo que importa es impedir la invasión de "otro amor;" en el hogar. Las grandes -ciudades antiguas de Roma, perecieron no tanto por las revoluciones cuanto por las invasiones de hordas bárbaras. Los pequeños o grandes contratiempos que trae aparejado el humano vivir, suelen ·ser soplos que avivan la brasa. Pasa el rn•J– rnento trágico y reaparece el contacto de . la placi– dez. . . La salud se aprecia mucho más cuando un golpe de enfermedad la puso en peligro y se repo– ne ... El oro que estuvo a punto de ser arrebatado por los ladrones, pero que fué recuperado y puesto a salvo, causa mayor cariño. Para que se sientan más vivaces los consuelos del hogar, concurren, corno contraste, las divergencias conyugales. No siempre se puede pen– sar al unísono. Es imposible conservar siempre una calma sin alteraciones. Hay en la vida mil motivos que preocupan o impresionan, poniendo en peligro ~1 equilibrio nervioso. Hay que contar ·en el hogar con estos "accidentes de la vida" ... Hoy por mí, mañana por tí ... Pasado el nubarrón y calmada la tempestad, febo acaricia con más regalo. Lo que importa, - decirnos- , es evitar la "inva-

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