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127- privilegiadas que se han· negado a ·toda exhibición, por dedicarse encerradas, al círculo de sus menudas obligaciones, siendo sostén de ancianos padres que , las apuran con sus exigencias; .siervas de hermanos . heridos en la cara mitad de su vida; madres de huér– fanos que reemplazan a las ausentes, que la muerte o el egoísmo arrebató de junto a sus hijos. Esas al– mas qÚe se dan por entero a todos, y sólo reciben a medias, o tal vez a enteras, también la calumnia o la ingratitud. · . PerÓ aman "místicamente", es decir, con los ojos puestos en el cielo, y no las alcanzan las salpicaduras del barro. Han sacrificado juventud, libertad, por– venir. . . por un solo ideal: "amar a Dios sobre todas las cosas" "y al prójimo como así mismas". Son esas jóvenes, esas viudas entregadas a Dios y al prójimo por Dios: religiosas sin velo ni convento; esposas. sin derechos, madres sin nombre. La voz .áspera y despreciativa del mundo las lla;ma "solte– ronas" y sin embargo están casadas con todos los in- · fortunados, con tOdos los miserables, con todos loa descontentos, con todos los pecadores; · casadas sin • ser esposas y madres sin tener hi~os. Pero tienen un esposo en el cielo y muchos hijos espirituales, que son sus obras. La onda bienhechora que desarrolla su "amof mís– tico" es incalculable ... Como el amor, tampoco re– conoce fronteras su celo. En la unión mística con Jesucristo .resolvieron no tener otra morada que el mundo, ni otro legado que el sacrificio. Sólo esa unión mística puede darles valor y persevetancia en su misión.

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