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El amor místico Habiendo consentido Jesús en desposarse con Santa Catalina, otdenóla al efectuarse el místico desposorio. que volviese a la casa de sus padres y se sentase a su mesa. "Quiero, añadió Jesús, que tus virtudes sean fecundas, no sólo para tu alma sino también para las de tus próximos". Los que han blasfemado contra el amor místico como ocioso; quedan condenados por la histori¡¡.. No hay fecundidad mayor que la que da esta unión del alma casta con el Esposo divino. En una . conferencia del P. Monsadre en Nuestra Señora de París en 1887, leemos este hermoso trozo oratorio: "Ellas, (las vírgenes), esas dulces madres de las humanas miserias, no todas viven en los con– ventos. Las hay en muchas familias visitadas por el infortunio. Vosotras, señoras, ·las habéis encontrado· y quizás las habéis mirado con desdeñosa compasión. En eso faltásteis. No todas son, como creéis, víctimas de desgracias naturales y de fortuna. Las hay que entrevieron las alegrías de la unión afortunada y la dulzura de la vida religiosa, pero sacrificaron sus

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