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eantando al Cordero, en presencia de la Hostia consagra– da, que se transportará al cielo en el Corazón de María. El sacerdocio de María tendrá este complcmel'lto. Segui– rá realizando sus funciones para lo~ (t~~grles y los hombres, ofreciéndoles el objeto de su alauaJJza en (•1 altar de su corazón glorificado. Junto al :::lael'nlo1 e Eterno seguirá l\laría en su función de Virgen sacerdotal. Sobre esta doe. trina tuvo una bella r evelacióil la monje capuchina B. l\1 agdalena de-Martinengo que no la exponemos por bre– vedad. ~0-