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El tiempo además, que se pierde ordinariamente en la niñez sin función mental, fué en María un tiempo muy rico en méritos. La tercera parte de la vida normal se pierde durante el sueño en que no actúa ni la inteligencia ni la voluntad. El descanso del sueño reparador, como la alimentación corporal, estún establecidos por Dios. l\Iaría no fué una excepción en esto, ni se puede afirmar que se sostuviera sin sueño y sin alimentación. Pero en la teología franCJS· cana, el sueño no era para ella como una imagen de la muerte. Ya dijo S. Ambrosio que, según muchos, María merecía hasta en el suMio. S. Bernardino de Sena, S. Fran– cisco de Sales y S. J,igorio son de ese parecer. El P. Te– rrien r:;. J. en su obra: "La Madre de Dios' · (libro VJ.I cap. I), dice: .La hipóte~is de una continuidad absoluta en los actos meritorios de María me parece sobrepujar en certidumbre· a 1a de una continuidad relativa". La t:ontinuidad absoluta, para el r. Terríen es aquella, en la que los actos no son interrumpidos por el sueño. La <'~cuela :franciscana, generalmente opina que esa es la única manera de armonizar la existencia de María con ~~~ t·in1c-ia infu.sa. Si los sentidos hubieran sido un obs· ,,·,,.,11 .. Jllll'fl sus comunicaciones co1; Dios el sueño inte– ,.,."'"l'iría P><a eomunicación. !;os Santos Padres hablando do·l ""'""" el<· Arlíu1, <:1'<'<'11 qne fué como un éxtasis. El "''""· lilwo· <le clistraccionc~ exteriores se absorbía en el '"""'~~'imi<•ttto y en el amor, de todo lo que a su vida corres– """" ía. 1 JU observación mística en loa santos nos hace ver '1'"'· o·11nndo Dios quiere obrar en ellos maravillosatnPII· '" · ""''" que sean insensibles a las operacionrs <lo• lo." st'll · < '""" vi<'ne el éxtasis. El sueño pues, <'n "' Psi'"'" de I'' '~~'•'IH' i a de la Virgen, debió ser al~o s(' ttll'.Ínllfl' , mu cl~t) t• wr 11r qttP en Adún. El fenútnt'no clí•l Klli'Íio, IJIIP P~ un ''" ¡~, . ,.¡o <'ll nurstra psicolo:;!Ía humana, JWI'o una renll~ - ·¡~) LA :PlJlii'– CIOB' Dllro av:aao.