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.Así, María ha venido al mundo, no sólo sin pecado or iginal y sin débito de con traerlo, sino que está sobre toda jerarquía ele pu t·eza ,Y d<> ~nu·in, poi' encima de los ángeles y tle lns er intunts tm las. Toda In teología del prca· do O!'igÍ'Iwl r eza con nosotros, 110 con María. Sin embargo los tcól n~os se conducen de diferente mant•ra a este res– pecio, y conYiene por eso, determinar la naturaleza del pecado original. El pecado original para los tomistas sig– nifica "privación de la justicia original y cicl'ta enfer– medad del alma, propagada por el cuerpo y comunicada por aquella. Para los escoti~tas es simplemente la priva– ción ele la justicia original. "Opinio anlir¡norum Rcilicct Beati 'fbomar, Ricardi et JTenrico di GandaYo dicelJ>ü, quod prc<·Mum originalr cst. quaedam infecl io animat!, tracta a cD t·nr, qnae qualitas morbida est fmues, qui fomes est !ex membrornm, et quando anima unitur corpori a cor pore exit infectio et causatur peccatum originale". .Así se explica Tartareto (in Ill lib. Sent Dist. ITI q. 1). Es decir que rl pecado origiunl, no sólo s(•t·í¡¡ priYacióu de justicia original. tamlJi{on signil'i('aría al go positivo.... esa ;nfccción de la.carn e de que se contagia el alma, al unirse al cuerpo, como si uno tm·icsc infecta de lepra una ma– no y con ella tomase un pan .... rl pan se ini'cr·.~ionaría c•on el -contacto. Así los teólogos tomif<tas nrlmit cn qur Adán por su mala voluntad, cansó cierta má cula en su carne <¡ne S•' contrae por la generación carnal. De suerte que cuaud o d cuerpo esté organizado, en el primer instante eJ'l. que el alma entni en él para animarlo, se encuentra con aqnl'lla cualidad mórbida. La teología fratH'i scnna no admite esto, tlice Tartara– to: nos non tenemus hor, sed peccatum originttle dicimus nudit!!:>, sive carentia justitiae originulis dcbitae". De ahí que Sto. Tomás, consecuente con su pr incipio, estable– ,.¡¡, qne, nadie puede escapar al pecado original al menos qu,• ltaya sido co11 cebiclo milagrosamente. Y que si Dios 28-