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BIBLIOGRAFIA CAPUCHINA. Particulanne1;1te anotaremos de la Orden Capuchina a otros autores que nos parecen más destacados. -De eminentissima Dciparae Mariae Virginis perfectio– ne, por el teólogo P. Juan Zamora, Udine (1629); libro discu– tido en su tiempo. -Libro de las excelencias admirables del Corazón de María del P . Marcelo Rivadeneira (Nápoles 1605). -"Septizonica Mariana" del P . J!lstino Chidonos (1650) libro precioso. -"De Conceptione Virginali" por el gran teólogo; P. Galicio. -Alfabeto B . M. V. de Ambrosio Oliveri. -Anatheca Mariana que escribió fr. Pablo Rivarola (1628-1692), clérigo capuchino que por su swdera no pudo ordenarse; pasó·toda su vida de bibliotecario. -P. Lorenzo Schmifs (1633-1702), célebre capuchino que escribió en verso obras maravillosas;' fué admirado en la Corte de Viena. -"Les justes louanges de la tres auguste Mere de Dieu (Aix 1669) del P. Baltasar de Riez. -Tesoros del alma virginal encerrados en el Corazón de María por el P. Jacinto Saez, Obispo en Ln Habana. -"Notre Dame de la Trinité d'npres la lhcologie, l'art et la mystique", por el P . Clovis (lllois-1D32). -El Cardenal Vives y Tulo !ué un insigne mariófilo; compuso varias obras marianas. Citaremos: "Mariale'', "Dic– tionarium Marianum", dedicado a los alumnos Q.el colegio · español en Roma. · -El P . Ruperto de Manresa que fué su Secretario re– dujo a dos tomos toda la literatura poética mariana de Es· paña, que es un primor. -Recientemente apareció en Buenos Aires (1933): Me· diación de la Virgen en la himnología latina de la edad media por el P. Serapio de Iragui, profesor del cQlegio ca· puchino de Villa Elisa, en Argentina. Te:rnninaremos esta rápida enumeración recordando que el P. Eduardo Alenzón, Archivero que fué de la Orden hizo un amplio catálogo de las obras capuchinas de mariología (Cfr. Anal. O. F. M. Cap. (1910). 150-
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