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slas Salvador... El angel anunció a la Virgen que Cristo vendría para salvarnos. Todo esto es verdad. Pero eso no contesta la hipótesis de si Adán no hubiera pecado. Se dice donosamente: en la cuestión del orden sobrenatural que de– pende de la voluntad divina, no asignar otro motivo es ex– cluir todo otro motivo. Así como la Escritura no enuncia en la Santísima Trinidad más que tres personas, y con esto niega que sean cuatro, del mismo modo, si la revelación no señala más que un motivo de la Encarnación, excluye otros... Cualquiera puede ver que este argumento es muy en·· deble. La revelación asigría de hecho. un motivo, el que mo· vió a encarnarse al Verbo; pero no excluye de derecho otros motivos que hubiera en el amor de Dios. Pueden acumu– larse mil textos en favor del hecho. pero sería prudente ne– gar a Dios otro derecho u otro motivo fuera de ése? Tiene fuerza ese argumento para deducir el único motivo del he– cho? ¿Quién puede probarnos que Dios estaba obligado a señalar todos los motivos por los que se encarnó? Veamos una comparación: ¿Los astros son habitados? ¿No hay en el universo otros seres que los que de hecho conocemos? No puede admitirse la existencia de otros seres razonables fuera de los ángeles y los hombres, aunque la Escritura só· lo nombre ángeles y hombres? Entonces en qué se apoya– rían los innumerables doctos como el P. Secci que ad– miten otros mundos habitados? Con el argumento negativo no se decide la cuestión. La Biblia habl3 sólo de Cristo co– mo Redentor, y esto supone el pecado. No se plantea allí ]a hipótesis de si no hubiero pecado "hominc non peccante"'. Por eso teniendo en cuenta la infinita bondad de Dios mu– chos santos y doctores se han sumado a la opinión fran– ciscana. Pero al fín, ¿cómo se prueba que la rev·elación no adu– ce otros motivos que el de la Redención? Precisamente porque hay indicios para más, muchos doctores han andado fluctuando entre dos aguas, y aún, se– gún les convenía, adoptaban la afirmativa o la negativa. El mismo Alejandro de Hales de quien dice el Sr. Aldama que profesó la opinión negativa, es contradictorio. Tiene tex– tos de diferente sentido. S. Agustín que fué tan explícit:> al de"Cir que si el hombre no hubiera p ecado el Hijo de Dios no se hubiera encarnado (1). P . L . XXXVIII, 940 dice en (1) Sermón CLXXIV N.Q l . ;1.36- (
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