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Las traducciones resultaron verdaderas obras maestras de caligrafía y adorno, y formaron 50 volúmenes de 500 pá– ginas cada uno, aproximadamente. Abarcan las lenguas gre– colatinas de Europa: griegos, albanes, italiano, portugués, maltés, romano, francés, español. Los dialectos del italiano: veneciano, tirolés, lo1nbardo, piamontés, sardo, genovés, na~ politano, calabres, siciliano. cte. Las lenguas de España: castellano, vasco, asturiano, gallego, catalán, valenciano, mallorquín y gitano. Las de Fpncia: flamenco, alsaciano, bretóña, limosin, auvenoise, rouergense, languedociana, pro– venzal, provenzal italiana, de Córcega y Niza; Vascos, dia· lectos del Labour, de la Soule y jsicarda, normando, cham– penois, lorenés, borgoñón, franco condado, borbonés, lionés del Delfinado saboyano, poitevin, agenes, vascón, boarnes. Además, las cuatro lenguas de la Gran Bretaña, las ger– mánicas, slavas, finesas. Las de Asia occidental: hebreo, cal– deo, Sirio y árabe. Las del Asia occidental no semíticas: ar– menio, georgiano, turco, persa, kurdo. Las de Indias en el Asia Central u oriental. En caracteres indígenas: anamita, tibetano, tártaro, coreano, chino, japonés. Las del Africa: árabe vulgar, eolito, Kabyla, berberisco, abisinio, galata. Las de los negros de las islas de Africa, y las de América del Norte, Central (Antillas), América meridional y Oceanía . Se llevó a cabo esta obra, con la ayuda de las congregacio– nes religiosas esparcidas por todo el mundo, las cuales, jun– to con el Rdo. Sire levantaron un monumento grandioso sin e}emplo en los fa stos de la rcligi6n y de las ciencias. La Bula Incffa.bilis, es la corona radiante, con que Pío IX ciñó las sienes ele Maria Inmaculada, y es también el Himno de gratitud del gran Pontífice y del Universo a la Madl'e de Dios y de los hombres. Pío IX apellidado Crux de cruce en las profecías de S. Malaquías (1), habría recibido con júbilo inefable este monumento, como recompensa a sus dolores y a sus desvelos por la gloria de la Iglesia y de la cristiandad. Ese monumento es la expresión de esta profecía: Beatam me dicent orones generationes. Bienaventurada me llamarán todas las generaciones. (1) Ya se sabe hoy que dichas 'Profec!as son mucho más recientes que S. Malaquias y S. Bernardo. 134-

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