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PREPARACION DE LA BULA INEFFABILIS Obligado Pío IX por sucesos conocidos a alejarse de Roma, no dejó su propósito de reunir un Concilio y de de- . finir d dogma de la Inmaculada. Dirigió a todos los obispos una carta ·fechada en Gaeta el 2 de Febrero de 1849 para que manifestasen cuál era la devoción del mundo sobre el caso. Cientos de teólogos desenvolvieron folios antiguos, es– tudiaron las Escrituras, señalaron conclusiones sobre la tra– dición, y amontonaron actas de la Iglesia y litúrgicos, y sP dieron a meditar sobre el Canon de Trente. A su vuelta a Roma el Papa constituyó una Comisión especial, presidido por el Cardenal Fornari. Este Cardenal celebró muchas se– siones entre 1852 y 1853. De su estudio hizo el resumen -plenamente aprobado por los teólogos, demostrando la posibilidad y oportunidad de la definición. Por orden del Papa, este resumen fué sometido a la aprobación de todos los teólogos consultores, que en sesión especial dieron su conformidad. Se pidió el parecer, de nuevo, a un Consejo es– pecial de 21 Cardenales quienes después de maduro examen dieron por buena toda aquella doctrina. Cerca de 603 respuestas (1) recibió el Papa a su carta al episcopado. Las contestaciones llegaban poco a poco a causa de la distancia de muchos países. Pío IX ordenó im– primir en nueve tomos y un apéndice todas estas respuestas episcopales. Faltaron algunos nbisp;,ctos como los de Colonia, Guatemala, y hasta los de Milfill y 'l'urin tan cercanos. De n1odo que, varios obispos, o cnvin ron tarde 1as respuestas o no las mandaron, o no llegaron a tiempo, para que se incluyeran en los nueve tomos. De las 603 respuestas, 546 confirmaban la piedad de los fieles acerca de la Inmaculada y rogaban al Pontífice, se dignara definirla. Cerca de 56 manifestaron su opinión de diferentes maneras. Sólo cuatro o cinco opinaban en contra de la definición, o de la oportunidad, pero protestando amar a la Virgen y su acatamiento a Jo que decidiera el Papa. Cori. todo esto, todavía volvió Pío XI a pedir parecer a Jos Pa– triarcas, Primados y ObislJOS, reunidos en Roma, a fin dé que> al volver a sus países no tuvieron más que una sola , ( 1) La mayo't· parte se apoyaban en las palabras de S. AgusUn "De qua (virgine) propter honoreln Dei nullam prorsus cum do peceato agitur haberi volo qnaestíonem". (D_c Natura et gratia. l\I. S. XV IV1267). 132-

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