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"nito supremo de la Heligión. Luego, para María el culto de hiperdulia. Un culto. que esté en relación con su gran– deza y con el amor t1ue le debemos profcsa1·. Amar a la Virgen y ser virla, es alcanzar el fin, para el que Dios noB ereó y p ar a lo qne nos tlió Madre tan excelsa, Madre de la divina esperanr¡<t que nos mereció la gloria (1) .. Tu magistra genf-ralis tu mini::;tra !':J)t'Ciall~ Uuknris d ..:ratlaP NVBS'l'BA ¡Oh dulce Virgeu M¡¡ ría! 'l'IH'Kanr,,s sH III1 is omu ini• :!~BRAlf lwminum etiam peccatorUlll qui ad le rt't:I11Tllll(, uirCIDOS con S. Bernardo: Quitad uel munuo el sol, ¡,dónue que· dará el día Y Quitad ue las almas la devoción a María, ¡,quién podrá r;;pt·rar la salud etrma t P or c~o añade. ¿Tolle 1\iariam 'i"id IIÍ>'i •·aligo ÍIIYniYcns et umbra mor- tis T ... rrcl'lninemos (li<.·iendo CO!l S. i .~ll"l'tlZO: ¿' hun c ~olenl suum Dcus oriri facit super bonos •·1 lliH ios · ' (2). (: ~'"" consuelo para el mundo; aún para los pt'cadon·~ •·~ lo que fué el arca para A-biatero, sacerdote hebreo, a quien Salomón elijo : "V ir mor1is es tu, sed non iu terficiarn te, quia portasti arcam Domini" (3 Reg. 2-26). Eres digno de muerte, pero no te mataré, por que llevaste el Arca del ~:kñor .... Dios mirará piadoso a los que fueron devotos lle .María o ll<·,·ar•' ll sobn' sí una s('ÍÍ:tl <il· s 11 veneración. Pero hay que •ral11l'la t'll l\ ro'\'Prt'JH·ia, tt o s.•a que nos ocu– rra lo que a üza (2 H<·¡.:. (i) . (1) Cfr. Marta mcdiatrix en "Ephem. Tl1eOJ. Lov. 19:;i9. La En<:fclica de Pfo X ;'Ad Uiem il lum" (2 f'(·l,r• t'u 1!111 •11 t.l•>~~<!t· 11o..: dt·– clara que la V irgen nos mereció de caDifruo l(o •pw .l 1·:-<fu; f.! o c:o:a.4.Ue.uo. (2) Marlale p. 36. - 117
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