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ta y la enormidad de su culpa por la superabundancia redentora. - La santidad de María podía ser digna compensaciórt de todos los estragos ocasionados por el pecado porque– en puridad de verdad, todas las gracias reservadas a Ma– ría por el Altísimo, eran mayores que todas las que Ge concederían a todas las criaturas. Los efectos del pecado· están señalados singularmente en la ausencia de la gra– cia. Son : la mancha del pecado mortal y la ausencia de la gracia santificante. Toda privación tiene por medida la naturaleza del don que se quita. Preguntemos, pue~: con el pecado de todos los hombres, ¿ qné privación ele gracias se causó 1 La ausencia de todas esas gracias puede· equipararse a la presencia de las gracias de llfaría, gmtia plena! CONCLUSION: Jesús fué Redentor por orde– nación del cielo. l\faría fué asociada a Jesús como corre– dentora, no porque faltase nada a los méritos y satisfac– ción de Jesús, sino para que los nuevos regenerados por la superabundancia de la Redención estuvieran pP.r- - petuamente agradecidos a la plenitud de amor y de bon– dad de la obra redentora.... 104 ~

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