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90 realidad concreta, precisa, viviente. Un elemen– to vital de su organismo interior. ¿Qu~ no puede recitar todos los días el Bre– viario? Mucho se sufre cuando esto acaece; pe– lO su trabajo en la fábrica es una plegaria inin– terrump:da, una plegaria de adoración y de ala– banzas, con que el sacerdote consagra a Dios toda su obra y la de sus hermanos obreros, por la salvación de la clase obrera. Su oración es también oración de súplica, por sus camaradas, por Ginettt>, por Berta, por Fernando... ; plega– ria de reparación, porque el sacerdote ofrece su penoso !•.abaj o por la salvación de aquella ma– sa. Y ¡que oración y qué sacrificio, la oración y el sacrificio de la Misa del prefre- ouvrier, sea por la mañana, antes de dirigirse a la fábrica, r,ea por la tafde. al regresar de ella, tras una jorna– da agotadora! ... Esta vida de oración continua no solamente resguarda sino que aumenta t>l tesoro de gra– cias y la vit.:llidad sobrenatural. Añáda se que nuestra vida es vida de equipo. No estamc~ solos. Vivimos en comunidad y esta vida es acicate y son malvas, según la coyuntura. En esta vida de equipo cada uno aporta su con– tribución personal y unos colman el vacío de los otros. Vid.a de equipo en el plan materia~. inte– lectual, apostólico y espiritual. Muchas veces se ponen sobre ti tapete-digamos mejor, sobre la

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