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' aprendido del obrero el verdadero espíritu de po– breza, de desasimiento absoluto. Y la Divina Providencia entra todos los días por la puerta de la bat~:•.ca. Flota en la masa, ~obre el grosero materia– lismo que la despersonaliza, un a vaga y confusa aspiración a un más allá. Pese al rabioso anti– clericalismo y a la perversión scxua1 de muchos obreros, vibran, en su mayor parte, de entusias– mo, ante un idea~ religioso elevado. No son ca– paces de asimilar profundos razonamientos es– colásticos: pero sienten admiración por un ca– marada que encarña un ideal religioso, sin trai– cionarlo. Son anticlericales, mas i10 antirreligio – sos. No verán a Dios por el argumento <le las cinco vlas; pero Dios se les manifiesta en el com– pañero que lo irradia con su conducta. Buscan, inconscientemente, cristianos que sean auténti– cos hombres de Cristo : menos apologistas y más San Franciscos. DEFENSA DFL APOSTOLADO SACERDOTAL OBRERO. ' La situación obrera exige a voz en grito– afirma el P. Rogatien-que se multiptiquen en 3. Los fundamentos místicos de este nuevo apostolado y el porqué de Ja intervención del P. Rogatien como secretario de1 comité de huelga los hallará ellectoren el último capftulo de e... te opúsculo.