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80 parte de ~u barraca o una habitación para al– bergue. Práctica corriente entre ellos es el anti– cipo ·de productos de consumo a titulo gratuito. Y, _cuando alguno, por cualquier percance--en– fermedad, aumento de familia, etc.-sc ve redu– cido a tu, csiado miserable, los otros cotizan; _ pero tan discretamente, que ni él puede perca– tarse del momento o momentos de la cuestación, ni sentirse humillado cuando se le en trega lo re– caudado ; porque tamhién el obrero tiene su or– gullo y su sentido de dignidad. "¿No es este espíritu de solidaridad y de ca– ridad un ejemplo para nosotros? A fuerza de cultivar nuestra personalidad nos hemos reple– gado clern.>s<ado sobre nosotros mismos y . no sentimos el impulso del sacrificio por nuestros hermanos.'' Los tqbajadores, privados de alegrías iran – cas y de reposo ~ranquilo, sienten, como nadie, la necesidad de crearse amistades. Buscan al– guien a qUien confiar sus sinsabore& y sus ale– grías eflmeras. ¡Cuántos de ellos han desgrana– do el rosario de sus penas ante el sacerdote obre– ro! Como va;;o de perfumes se quiehra su a-lma ante el petit Frere, embalsamando el ambiente con la sinceridad de su confesión: a él le parti– cipan sus tristezas más íntimas, sus estrecheces económica~. sus conflic~s conyugales, su pesi– ndsmo de la vida. 1 /