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:.e-··-~·...,..._.....,. 76 fraile entre mis subordinados, me caigo de es– paldas. Y, sin embargo, ahí tienes a ese moine, que es ur. <.migo ideal. Y pregunta al P. Roga– tien si toJos los frailes son tan simpáticos co– mo el. Y ese reguero de simpatías acompañó al P. Rogatien en la "Continent·ale", y en los ta– Heres <k vagones y en la fábrica de papel (en ella trabaJaba desde e¡ mes de septiembre de 1949). jUSTICiA SOCIAL Reflejo de esa atmósfera de cordialidad y ex– ponente, al mismo tiempo, del espíritu de justi– cia social y de ca ridad cristiana que anima al ?. Rogatien es el lance que a coniiinuación trans– cribimos. (De un salto cronológico nos ~raslada­ mos al mes de abril de 1949). Sucedió en los' talleres de repa ración de Rho– uelle. Ello es que los obreros que entendían en la reparación de vagones, trabajaban en unas con– diciones pér.imas de higiene y con salarios no demasiado espléndidos. El trabajo era duFJ 'J agotador. Patrono de. la empresa, uno de esos católicos a macha martillo, pero sin demasiados tscrllpnlos en achaques de justicia. Al P. Roga- •