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• !.''···· Los misioneros c(:!ibcs, con voto de cas– tidad perfecta y con vida de comunidad, al mo– d.¡ de los ~acerdotcs obreros. Sería muy de de– s·!ar que p2rticíparan algo .del sacerdocio, me– diante la recepción de las Ordenes Menores. Dos ventajas principales reportaría: tm mayor vigor y asentamiento de su fe y una unión más estrecha cun la jerarquía eclesiástica, y, por en– de, con Cristo. Estos misioneros laicos deberían ser el alma de !(a Acción Católica, de Jos movi– mientos esptcializados, tales como la ]. O. C. o la J. O. C. f. 2.'' -Los hogares misioneros, cuya principal tan•a consistiría en guiar y aconsejar a las fa– milias no cri!ltianas de su distrito, puesto que, indudablcm~nte, una persona casada prefiere co– municar sus sentimientos con quien tenga expe– riencia de !t•s problemas materiales y morales de toda familia obrera. Hul'lga 'n:oistir en que se requiere una sólida forrn<lril>n nistiana y apostólica en estos haga– re~ lllísioncrc,s. Obligación de una espiritualidad conyugnl. Sería de desear que esas familias mi– sioneras se obligaran por una "promesa", que fuera garantid de fidelidad a su encomienda so– brenatural y a sus compromisos religiosos. "En es!a3 breves. líneas--termina el comu– nista convertido---no hemos hecho sino bosque– jar la idea. La experiencia dictará e¡ método de