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en sus discusiones, sino en sus ojos, en su mua– da, en su compostura, en una palabra, en su vi– da entera. San J-'rancisco, cO!l un mono d~ tra– bajador, no pronunciaría grandes discursos;• pe- ro sus compañeros reconocerían en él la obra de • Dios... No t>~ que se desdeñe o se renuncie a la Ciencia teológica. "El pretre-ouvrier debe saber responder a todas las objeciones y encender la aniorcha divina en las almas que se lo dt~- manden". "CUARESMA DE 1947" No podemos ayunar; pero nuestras oracio– nes ~on más reiteradas e insistentes. Comienzail a afluir visitas a la barraca ; hay que acostarse tarde y madrugar antes del alba. Por otra par– te, Jos contadores no pueden cesar en su rodar conlinuo, si se ha de atend\!r a las demandas. ¿Cómo? Sacrificando el mismo descanso sabáti– co. Fuerte es el espiritu, mas la carne es flaca; y ;:quel qrg1nismo batido por tan rudo trabajo quédase k. :J. y t! P. Roga1'ien ha de guardar quince días de reposo, por prescripción del mé– dico de la f2brica. 2. «S. Francisco ha dejado el Paraíso», obra de singular ae· tua1idad que aparecerá en breve. (Nota del Editor).

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