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.. l •. .. 7 No/asco la ctl?ación de una orden religio·· sa que, con todos los peligros del método, des- · plazara sus adhetentes a tierras de morería. ;,· allí, vestidos de seglar,---QUJ]OTES A LO DI– VINO-se constituyeran <'se/ovos en sustítuciou de los cristianos que .mfrian .ll'mejanle yugo, para arrancarles así del peligro de apostasía; de la misma nwnera-.dccíc:mos-inspiraria la Virgen Santísima al cardenal S11hard, .arzobis· po de París, e[ tceclutar sacerd(!/es del clero se– cular o regular, que, deseoso:, de aliviar a aqué– llos que, en decir de León XIII, "se encuentwn en condición que no difiere de la de Jos mismos esclavos", aceptaran el yugo de diez o doce Izo– ras diarias de trabajo manual en fábricas, mi– nas o talleres, con e'[ objeto de alejar las .masas esclavizadas del peligro de apostasía. Era entonces y ahora el ideal de la Merced reclutar personas libres, espiritualmente bien formadas, dispuestas a dos clases de sacrificios:. el de bajar a ocupar lugar de honor en los pues– tos de esclavitud y e[ de buscar en ello la sal– vación y redención de las almas. "El escándalo más grande del siglo XIX--dijo Pío Xl-es ha– ber perdido la Iglesia la clase obrera". Y como sea que una de las principales ca11- · sas de esta apostasía de las masas es e[ excesi– vo contacto de las clase~ dirigentes, contra 1?/ precepto Evangélico, con los :-iros y potentados

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