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.103 que Dios quiera tales obras, para que se le pue– dan ofrecer" (p. 53). Perdone, Mgr. Ancel; pero creo que no :es recta su apreciación ni muy conforme con la car– ta pastoral del Card. Suhard sobre la acción ctel sacerdote en la Ciudad. Y no tengo por acertada su ap reciación, por– que Cristo fué sacerdote en todos los momen– tos de su vida, desde que se encarnó en el seno de Santa María Virgen, hasta el fin de los tiem– pos.. . Y como sacerdote, con plena conciencia de su sacerdocio, obraba, oraba, trabajaba, .Y ofreció el sacrificio de su muerte... El Cardenal Suhard escribió: • "jesucristo no solamente fu.é sacerdote en el Cenáculo y en el Calvario, sino en todos los instantes de su Vi– da mortal, intrín.~ecam!!nte y en todos sus .Jetos. Y esta es la tesi~ fundamental de mi carta (pas– toral)". La conclusión se impone: si jesucristo fue intrínsecamente sacerdote desde el primer ins– tante de su vida y en todos sus actos, su trabajo manual ha sido hasta la edad de los treinta años, verdadera y auténticamente un trabajo sacerdo– tal, un acto continuo de mediación como sumo sacerdote de los hombres. ¡Cómo debió de sentir jesucristo sobre .SI mismo el peso de la fatiga de todos los trabaja- 8. Lettre Pastorale sur le prétre dans !a Cité, p. 5.

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