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100 da realidad mfslica de cuanto he liicho... que no es palahrcrfa huera, ni s•·nlilllc'JÍtalismo en– fermizo, sino inmersiún compkla del alma del' sacerdot~ r.)):ero en esa mística Jl:•.·diación sa– cerdotal, ¡;ara la que ha sido 1·nvJado. Toda su vida y su rni~mo trabajo manual quedan ccntra·– dos, ante todo, en el SACI~II ' il'oO, !'JI la EUCAHI S– TfA, en la M1~:A, en una pai;Jhr:l, •·JI la CoNSA– GRACI ÓN, con l1>dn su v;tior pr<Ti so y sacrifu:ial. Creo poder :1!'irm:1r, q111' J;¡ vida y 1'1 lrai>:Jj<> dl'l saccnlol·~ ohreru ""' JJJI:I u¡;¡r;Jvill<>s:: l'SI'JJl'ia ll•! mediaciún sa •:•·nlulal. Lécse l'JI 1;, l·:pistnl:• ;¡ 1•" llchrcus : "El cual - J•·sucn slu ('JI lu:. dí :~:; ti!' su carne, habiendo• cfrccido pk 1 ~:~r i :1 s y ,;\¡pfi ras l'OII poderoso cla– mor y i:'i,:ri•u:~:; :ti "'"' 1" pudia !.alvar d~ la muerll', y h:Jhii'Jidu sid" l'SI'IIrhado por razón de su rewn~n :i;, , :111 J1 rn11 "~'~' llij n, .tprcndió de las c0sas que p:ufq.·i•\ fu IJIII' na obediencia; y con– sumado, vino a sl'r par;, lodos los que le obede– cen, cam1a de salud t'!nu:1, proclamado por Dios sumo san:rdnlc, seg\111 l'l orden de Melquise– d<'c" 6 • E¡ uabajo y la vida del sacerdote en la fábrica son un medio m:Jr:Jvilloso Je realizar el ~~~cerdocio. Perdón<.~t!JOS que de nuevo recurramos al P. Hayen ·. 6. Hebr. 4, 7-10.

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