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94 mente sacerdotal. Personalmente opino que es mucho más puesto en razón decir que el traba– jo d<!l sacerdote obrero constituye uno de los principales actos de su mediación sacerdotal. Como enviado por el obispo y por sus supe– rwres, rl sac~rdote recibe su mandato de la Igle– sia, mas no para reemplazar a los 5eglares (mi- · sión, en tal caso, inexplicable) sino para ejercer verdadera y auténticamente su oficio sacerdotal. Y ese oficio y esa misión es de mediación y de mediación de consagración. Toda la iglesia es medianera. Toda la Iglesia es sacerdotál. San Pedro nos dice, como animado por un entusiasmo sagrado. "Ofreceos de vues– tra parte .corno piedras vivientes con que se edi– fique una casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer víctimas espirituales, aceptas a Dios por ·nediación de jesucristo ': y, a con– tnuación: '·Mas vosot·ros sois linaj e escogido, real sacer,:vcio, nación santa, pueblo de su pa– trimonio, para que proclaméis las grandezas de aquél que de las tinieblas os llamó a su admira– ble luz" "· Pedro dt-stina su carta "a los elegidos ex– tranjeros ct'e la dispersión en el .Ponto, Galacia, C~padocía . Asia y Bitinia" ', es drcir, a todos l. 1Petr2,5. 2. Id. 9. 3. Id. I, l. ..

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