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•' 42- grafos, y algunos de eLlos sospechan que en enzkera por medi o de la 1 se diferencian fle– xiones subjuntivas de las indicativas. Esas sospechas son del todo infundadas e insos– tenibles así en el orden de los hechos como en el científico. Aparte de que en los pre– sentes del subjuntivo no suena ninguna z, disipan cualquiera duda y toda sospecha ra– zonable las flexion es labortanas y gipuzkua– nas, las cua·les llevan como caract erística ·de las te rceras personas de los pasados la z lo mismo en indicativo que en subj untivo, así en la con– jugación sintética como en la perifrástica. "CE– T ORRELA" = que él viniese. (Larramendi, "Imposible Vencido", 16g). Snperf.luo es decir que las fl exiones subjuntivas no se distin– guen de las indicativas en virtud •del prefijo J. Es también insostenible en el ol'den cientí– fico. Todos cuantos man ejan rc~J·ul armente el haskuentz e saben que ni, i, zu, 1, gu, guardan perfecto paralelismo en las flexione s sonlcti nas de'! imperfecto de subjunti vo; y en el poten– cial v condicional en los demás dialectos. La L, ¡Íor consiguiente. no es característica de ningún tiempo en subjuntivo, toda vez que no interviene en todas las evoluciones de este modo, y en caso que lo fuera, sólo se diferen– ciarían las terceras personas del subjuntivo de las de'l indicativo, y se confundirían las res– tantes lastimosamente. Estas dos inflexiones cetorren = venía; letorren = viniese, aparen– temente se distingu en por las particulares ca– ra·ct erísticas z-1; ¿pero estas otras nentorren = yo venía ; nentorren = yo viniese? Al exterior no se trasluce ninguna diferencia. Luego no

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