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-169- 129.- Finalmente, huelga que yo advierta a mis lectores que bajo ningún concepto abrigo la pr~tensión de haber descubierto el idioma primitivo que los euzkos hablan desde los pri– meros· días de su existencia racial ; lo único a que yo puedo aspirar lega-lmente, es que se me reconozca el obvio derecho de poder decir que el baskuentze por mí llamado restaurado, qui– zás tenga algún parecido con aquel otro bas– kuentze ·que es, o que puede ser primitivo con relación a los actuales dialectos euzkérikos, los cuales como variaciones degenerativas del euzkera redimido, o del euzkera primitivo re– lativo; y a ese euzkera primitivo relativo, co– mo a su natu ral origen o punto de partida con– vergen los dialectos que se conocen. Sobre este punto de común origen de los "euzkelgis" dé– bese cimentar la magna obra de la unificación euzkerika. El otro procedimiento recomendado por no pocos cultivadores de nuestra lengua patria consistente en la adopción de unos de los dialectos (como literario y universal) ha– blado en nuestros días parece más viable en un comienzo, y es sin disputa de resultados prácticos más imediatos; empero, a la larga tropezaríamos con los graves inconvenientes que fluyen de un enzkrra impuesto por decre– tos, o aceptado por simples razones sociales, inconvenientes que nos evidenciarían que to– das las ventajas estaba!l del lado del euzkera unificado científicamente. ¿Hubo otro euzkera anterior al que even– tualmente nos permitimos llamarlo primitivo? No lo sé ni nos debe interesar mavormente el saberlo; ,ya que el supremo objeÜvo que se

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