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-142- propuesto unos verdaderos modos imperati– vos, como que la intención del que las pro– fiere es el mandar la acción de amar, y el prohi– bir la de mentir. (Discursos filosóficos, pági– na 420) . El modo imperativo, como se justificó en nuestra gramática, ha de tener dos tiempos; uno presente y otro futuro; y los mismos son los que en este modo conoce el bascuence. Con el p·r·imero manda ejecutar inmediatamen· te la acción; con· el segundo da a entender una acción futura." (Idem l. c. pág. 702). "No tengo que recordar a los literatos las disputas de los gramáticos que no tienen sino un tiempo de este modo, sobre si este tiempo es presente o futuro : unos than sostenido qu~ es presente; otros que era presente para el que mandaba, y futuro para el que 'había de obe-· decer. Estas disputas ·son prueba auténtica de que el modo imperativo exige por su natura– leza dos tiempos: uno presente y otro futuro; pero este pre•sente y este futuro no son ni pue– den ser respecto del ·que manda sino de aquel que es mandado, como que este es el que ha de poner en .ejecución la acción mandada." (Idem, L. c., pág. 703). us. _:_ También trató de resolver esta cues– tión gramatical el insigne Larramendi; he aquí sus palabras: "Otra pregunta quiero ha– cer fácil y que deben re&ponder los gramáti– cos: este imperativo, ¿qué tiempo es?, ¿es aca– so presente, pretérito o futuro, .o es un modo

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