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i 1 ¡ \ t ¡ '1 ', 1 1 ¡;1 ,, ' ''¡ '1 il - 138- t-~ se cambiaron de lugar entre sí. Y que hu– bo ese cambio o metátesis denotan la forma Dustadan. en los verbos, y los voca!>los at~en y a~ken en los nombres. El pluralizador de di– tut parece tener el mismo origen; hay un simple paso de dit~ut a ditut. Aun más: a mi juicio el signo pluralizador de substantivos, adjetivos, etc., es t~ metamorfoseado en k. ¿no se diría en un tiempo gizonatz dira en vez de gizonak dira? De todos modos gizontza signi– fica hombres y la posición delartkulo antes o después del pluralizador no es cosa que envuel– ya dificultades. Está también en uso todavía la expresión batzu dira (algunos son), por batzuk dira. Quedamos en que el pluralizador verbal es el afijo tz, partícula que más o menos desfigu– rada, a'Parece en 'todos Jos dialectos, con ·cuyo regreso a su estado primitivo, quedan suprimi– das toda·s las diferencias dialectales que se ad– viertt;n sobre el particular. !12. - Empero no está expedito el camino todavía, ni obviados todos los estorbos que im– piden ia unificación de dialectos euzkérikos. Los bizkainos lanzan el pluralizador al fin de la flexión verbal. r~os demás dialectos no son tan constante_s; en la conjugación intransitiva se acomodan, en buen número de formas, a! bizkaino, y en algunas flexiones intransitivas y en todas la"s transitivas intercalan el plurali– zador entre el núcleo verbal y los subfijos e in– fijos nomi·nales. Este último procedimiento pa– rece el más recomendable: t•, por contar con

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