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-152- na ; ekartzen ciazak idazti bat; yo te traigo a ti un li·bro. Una y.otra son expresiones que se parecen mucho a estas castellanas: me co– mes; es decir a mí mismo : o me comes una manzana; me llevas; es decir a mí mismo; me llevas una carta. Las expresiones erdéricas designan ideas dife-rentes según esté ausente o presente el complemento objetivo expresa o tácitamente. lkusten dazak, yo te veo a ti mis– mo; ikusten dazak burua; yo te veo la cabeza. Los gramáticos, porque han creído que en las flexion·es dichas objetivo-nominales hay siempre un elemento que representa ü objeto directamente, han incurrido en yerros que aca– bamos de señalar en el presente número. V. Diferencias dialectales en el plurallzador verbal. 107. - Nos I'esta todavia que resolver un gravísimo conflicto dialectal; y es el que s·e refiere al afijo pluralizador de las flexiones transitivas ; de maitatzen det, yo lo amo; ha– cen los gipuzkuanos m;aiitatzen ditut, yo los amo. De maitatzen didazu Vd. me lo ama, maitatzen dizkidazu, Vd. me los ama. Ya se ve por esos ej-emplos que el gipuzkuano emplea, al menos aparentemente, un a:fijo para · plura– lizar las reflexiones absolutas, y otra di-ferente para la:s objetivo-nominales. Los bizkainos de– cimos: maitatuten dot, yo lo amo ; maitatuten

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