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111!- si Jos baskos con el mismo núcleo manejan formas subjuntivas e indi cativas, no se ve la razón por qué habían de cambiar de núcleo en las flexiones perifrásticas del subjuntivo. Esta razún, sin em1)argo, por sí sola, no prueba gran cosa; basta para desbaratada que se de– muestre que si en el verbo sencillo es constan– te el núcleo, no ocurre otro tanto en el peri– fr~stico. Vamos a examinar la cuestión con la ca lma y serenidad ·que reclama su importan– cia. 96 .-Tenemos ante los ojos las flexion es det, dezu, etc.; dezadan, dezazun; las primeras del presente de indicativo y las segundas de las del subjuntivo. Los núcleos de esas formas no tienen entre sí ningún parecido, al menos apa– rente. ¿Procede por ventura el uno del otro? Y en caso afirm'ativo, ¿cuál es el primitivo y cnál el derivado? El Sr. Campión dice (l. e) que son di.feren– tes los núcleos, y ciertamente que examina– das las dichas formas desde el punto de vista gramatical en que se coloca el esclarecido euz– l>eráfilo de Iruíla, le sobra razr'111. Cree el es– critor naharro. con otros muchos cuzkeráfilos, que el núcleo verbal del in<licativo es euki. (Gram. 792); toda vez que no hay en bas– kuentze ningún nombre \'erhal l'On significa– ción de haber o de tener. Para mí es evidente que ni de ukhan, ni de euki pucdl'n nacer de– zadan, dezazun. Ya dicen rectamente los filó– sofos que la conclusión no puer\e ser más lata que las premisas. Siendo ukhan, euki auxilia– res del tran si tivo, no cabe pensar en la iden– tidad de'! núcleo verbal ; pues que ni con la rri.

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