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- 118 Pero es el caso que el Sr. Campión en otro lugar de su gramática (pág. 443) , se inclina a creer que nuestros antepasados adoptaron el núcleo Izan para fl exiones subjuntivas para di– ferenciar éstas de las indicativas que ostentan el signo de relativo n. E stas fl exiones: dedan., que yo lo haya, forma hipotética del subjun– tivo primitivo, análoga a dagidan, yo lo haga (existente), resultaba idéntica a dedan, que yo lo he, forma relativa de det, yo lo he. P ara destruir esa identidad, aunque no fuese más qu e ext ernamente, se acudió al reme·dio de cambiar el núcl eo signifi cativo o t ema verbal, t omándolo de donde más cerca se encontraba con signifi cación adecuada, del verbal Izan, y resultaron las fl exiones dezadan, dezazun, etc." No sé yo por q ué los euzkaldunas habían de mudar de núcleo para las fl exiones de la con– jugación perifrástica, cuando en la conjuga– ción sintética conservan en subju ntivo el nú– cleo del in dicativo. Leo en la versión de Li zarraga (S. Juan, E v. cap. XVIII-37): " ... Ni hunetaraco et1w– rri ic;an nattc mundura, t estimonia demodan– <;at egiari". T raducción: "Yo para cstil he ve– nido al mundo, para que dé testimonio a la verdad". Capítulo XIX-3 1 del mismo Evan– gel ista : "Orduan Induéc ezlauden<;at crutzean gorputzac Sabbathoan .. . " Entonces los J u– díos para que no quedasen los cuerpos en J. cru z en el Sábado.. ." Expresiones como las mencionadas se repiten a cada paso en el tra– bajo euzkeriko del célebre baskófilo del siglo X V I. Vuelvo a repetir lo dioho anteriormente;

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